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TeamLab: Arte, tecnología, naturaleza

Doctoranda del departamento de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza, y colaboradora de la revista Artyhum. Miembro del Instituto Universitario de Investigación de Patrimonio y Humanidades (IPH)  y del grupo de investigación consolidado “Vestigium” (Unizar). Personal investigador DGA, Dpto. de Historia del Arte, Universidad de Zaragoza.

El grupo artístico TeamLab, está mostrando por primera vez en Barcelona (España) tras dos meses de trabajo y cuyas dos instalaciones han sido montadas gracias a la intervención de unas 600 personas. Hemos de decir que las obras de este colectivo son reconocidas mundialmente y forman parte de las colecciones permanentes de distintos museos del mundo, como la Art Gallery of New South Wales de Sídney, el Museo de Arte Asiático de San Francisco, el Asian Art Museum de Nueva York, la Borusan Contemporary Art Collection de Estambul, la National Gallery of Victoria de Melbourne, y el Amos Rex de Helsinki.

Para ello TeamLab, en colaboración con la Fundación “La Caixa”, ha mostrado en CaixaForum Barcelona una creación artística inmersiva e interactiva que ocupa la Sala 4 del centro con una propuesta de tecnología digital única.

No debemos olvidar que TeamLab, es un colectivo artístico fundado en 2001 por Toshiyuki Inoko y convertido en toda una referencia internacional del arte digital, que actualmente está formado por un grupo colaborativo, inter-disciplinario y ultra tecnológico de varios cientos de profesionales de diferentes nacionalidades, entre los que se encuentran artistas, programadores, ingenieros, animadores, matemáticos y arquitectos. Con sus creaciones investigan la confluencia entre el arte, la tecnología, el diseño y el mundo natural. En un momento en que las experiencias llamadas inmersivas aplicadas al arte y la arquitectura están de actualidad.

Si bien es cierto que la muestra está compuesta por dos instalaciones cuyas escenografías interactivas se proyectan en todas las paredes de la sala, hay una de ella que está en el suelo. Es por ello que la propuesta supone una revolución en la forma en que los visitantes pueden percibir el arte en un equipamiento cultural, ya que están generando situaciones únicas que nunca se repetirán debido a que el flujo de posibilidades es infinito, cualidad que hace que la naturaleza sea tan mágica en la realidad.

Para esta exposición, el colectivo propone dos experiencias inmersivas, en transformación continua: Born from the Darkness, a Loving, and Beautiful World y Graffiti Nature: Lost, Immersed and Reborn.

La primera permite a los visitantes crear un mundo entre todos. En las paredes de la sala se proyecta una serie de ideogramas (grafías de origen chino). Al detenerse ante uno de ellos y extender la mano hacia él, aparecen las imáge-nes que evoca: aves posadas en ramas de árboles, mariposas en busca de flores.. estos elementos naturales interactúan entre ellos en una especie de ciclo sin fin que muta en función de la acción humana, muy parecido a lo que ocurre en la realidad. La segunda, genera un ecosistema habitado por toda una variedad de criaturas en el que hay que mantener el equilibrio entre flora y fauna.

Los visitantes pueden explorar el entorno, observar su funcionamiento e incidir en él: las flores crecerán cuando no nos movemos y se dispersarán al caminar; las mariposas abundarán en las zonas floridas y los cocodrilos morirán si uno los pisa demasiado, siempre hay un depredador listo. Es toda una invitación a recapacitar sobre la relación que tenemos con el entorno que nos circunda. Así pues, ambas son obras abiertas interactivas, que se activan y actualizan constante-mente gracias a la implicación de las personas que las visitan.

Asimismo, uno de los grandes retos de esta exposición ha sido conseguir instalar toda la infraestructura tecnológica necesaria sin perforar el techo modernista del espacio de CaixaForum Barcelona, antigua sede de la fábrica Casaramona, situado en las faldas de Montjuïc. Para ello, se ha construido una subestructura de la que cuelgan 60 proyectores y 50 altavoces. Si bien hasta ahora, y a lo largo de la historia, la presencia de otros visitantes podía constituir un obstáculo en el momento de admirar obras de arte, sin embargo, en esta pro-puesta sucede algo muy distinto y revolucionario y es que la relación con el resto de los/las espectadores/as genera diálogos nuevos y diferentes con las piezas. Así, el hecho de que una obra de arte realizada con tecnología digital cambie en función de la presencia o el comportamiento de los visitantes hace que los límites entre la obra de arte y el visitante se vuelvan borrosos.

En definitiva, las obras de TeamLab se conciben como metáforas de los sistemas conectados que nos envuelven, dejando al descubierto tanto los mecanismos de colaboración como los de destrucción, gracias a sus investigaciones que se centran en las vinculaciones entre arte, tecnología y naturaleza, intentando crear algo que no se puede explicar con palabras y utilizando lo digital, la tecnología y también las referencias artísticas tradicionales. Esta experiencia inmersiva y multisensorial, es capaz de crear un juego adictivo, pero de gran de belleza y que ofrece una atmósfera de calma que contrasta con los tiempos convulsos que vivimos. El comportamiento y las acciones del público provocan cambios en el espacio y generan imágenes únicas e irrepetibles; es un proceso de creación colectiva que ofrece infinitas posibilidades en la sociedad actual. En una época en la que la soledad se ha acentuado, este proyecto nos invita a crear juntos un ecosistema que cambia a medida que nosotros mismos lo hacemos florecer.