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Amazonía contemporánea. Colección Hochschild Correa, Perú, curaduría de Christian Bendayán y Luis Pérez Oramas

Reseña: Amazonía contemporánea. Colección Hochschild Correa, Perú, curaduría de Christian Bendayán y Luis Pérez Oramas. Del 5 de febrero de 2025 al 6 de abril de 2025, Museo Lázaro Galdiano, Madrid.

Laura Pérez Gil1 (Universidad Complutense de Madrid) y Carmen Pérez Maestro2 (Centro de Investigación y Ecomuseo La Ponte)

La curaduría de esta exposición estuvo a cargo de Christian Bendayán, artista plástico iquiteño, y Luis Pérez Oramas, poeta e historiador del arte originario de Caracas. Su continente fue el espacio expositivo Sala Pardo Bazán, con setenta y seis metros cuadrados distribuidos en dos grandes salas que acogieron a más de ochenta obras de treinta y un artistas, seleccionadas de la colección privada Hochschild Correa con sede en Lima, Perú, una de las más completas de arte contemporáneo amazónico. Desde su creación en 2012 esta colección ha reunido más de 3000 objetos de cerca de 600 artistas del Perú y el exterior.     

Como señala Bendayán “esta selección no solo responde a la producción de artistas provenientes de comunidades indígenas y ciudades amazónicas, sino también de creadores de otras regiones del país y del mundo, quienes han establecido un vínculo con este territorio y han logrado plasmar sus experiencias, conocimientos y, en algunos casos, su compromiso con la Amazonía a través de las artes visuales”3.

En cuanto a la organización espacial, la primera sala mostraba con obras y textos un recorrido lineal titulado “El tiempo del arte amazónico (1745–2024)”, que ofrecía una aproximación a la historia de la Amazonía peruana y al desarrollo artístico de la región. En el reconocimiento del arte indígena amazónico destaca la referencia al Seminario de Historia Rural Andina, fundado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por Pablo Macera, quien interpretó las manifestaciones de las sociedades subalternizadas como expresiones de resistencia que cuestionan la historia oficial. A partir de ello, Macera reescribió una historia del arte peruano desjerarquizada, visibilizando múltiples voces y estéticas4. Dentro de este marco, el arte amazónico indígena tuvo como precursor al artista bora Víctor Churay, cuyas pinturas sobre corteza de árbol (ojé y caucho macho) se constituyen en instrumentos sociales de afirmación identitaria y de preservación de la memoria colectiva. Pasando al segundo sector de la primera sala se ingresaba a un espacio dedicado a las obras de artistas indígenas, destacando la presencia shipibo-konibo y donde en la parte central se podían rodear tres grandes piezas cerámicas (Imagen 1). La segunda sala nos recibía con una canoa de tamaño real (Imagen 2) como soporte artístico, seguida por dos grandes paneles de color rosado que separaban el espacio interno y que eran utilizados como expositores de obras planas y tridimensionales (Imágenes 3 y 4).

En cuanto a su propósito, la exposición se enmarca en un contexto en el que el arte de artistas indígenas amazónicos contemporáneos atraviesa un verdadero auge a nivel internacional. Solo en España, en 2024 y 2025, hemos disfrutado de muestras destacables en centros tan significativos como el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, el Centro Centro, el Círculo de Bellas Artes y ARCO, estos tres últimos en Madrid. Cabe señalar, además, que en la Bienal de Venecia de 2024 tuvieron también un papel destacado. Este boom parece ir más allá de la mera fascinación por el descentramiento artístico que nos genera, remitiendo a preocupaciones profundas generadas por diversas crisis —espirituales, ambientales, de conciencia…— en las que viven muchas personas en occidente. El artista Denilson Baniwa, curador de la exposición Wametisé. Ideas para un amazofuturismo en ARCOmadrid25, habla de un “asedio [occidental] al mundo artístico [amazónico] en busca de respuestas” con relación al futuro del mundo5. La observación de Baniwa apunta al hecho de que el arte indígena contemporáneo es una herramienta poderosa que abre la posibilidad de “mundizar” (término acuñado por el filósofo indígena Ailton Krenak), es decir, de experimentar otros mundos y abrirse a otras cosmovisiones. Estas aberturas epistemológicas, estéticas y afectivas tienen la potencialidad de generar condiciones que lleven a establecer alianzas para la protección de los territorios indígenas. 

A este respecto, una característica del arte indígena contemporáneo es su dimensión política y activista. En este contexto “arte es política”, afirma Naine Terena6. En la exposición podemos diferenciar dos aspectos de este activismo. Por un lado, varias obras denuncian la historia de violencia y explotación sufrida por los pueblos indígenas en el pasado y el presente. Es el caso de los trabajos de Santiago Yahuarcani, que alude al genocidio del que fue víctima, entre otros, su pueblo witoto durante el boom del caucho, y el de Gerardo Petsaín, que representa escenas del episodio de la masacre de Bagua o “baguazo”, durante el cual indígenas de varios pueblos aent chicham fueron reprimidos por fuerzas policiales por protestar contra las actividades extractivistas en sus territorios.  

Pero una dimensión del arte indígena amazónico que está cada vez más presente en las obras, aunque su lectura no resulte siempre tan evidente para el público occidental, es la crítica a las actividades extractivistas que han provocado la actual crisis medioambiental, aspecto que abordan explícitamente los textos curatoriales que acompañan la exposición. La Amazonía, concebida como una entidad constituida por diversos seres y que está actualmente amenazada por una intensa explotación de los recursos naturales, es una causa en torno de la que se construyen alianzas que unen a los pueblos, a los artistas y a numerosos no indígenas. En muchas de las obras exhibidas en la exposición, como La sirena del Ucayali, de Graciela Arias, la serie Dueños del mundo shipibo, de Lastenia Canayo Pecon, o Cosmovisión ashaninka, de Enrique Casanto, vemos aparecer los seres que pueblan el universo amazónico: los “dueños” de los ríos, de las plantas, de los árboles; las sirenas, los bufeos (delfines) rosa o los seres que aparentan ser animales pero que son personas. Todos ellos son más-que-humanos que habitan y protegen los territorios y que desafían la visión objetivista y mercantilista del capitalismo occidental. El arte indígena nos desvela un universo habitado por una diversidad de entidades con las que los seres humanos conviven y se comunican, si bien esta coexistencia no es siempre armónica. Los chamanes son los especialistas en estas relaciones diplomáticas con los más-que-humanos. Es precisamente en escenas en las que se produce la comunicación entre humanos y más-que-humanos, mediadas frecuentemente por sustancias psicoactivas como la ayahuasca, donde nos introducen las obras de Roldán Pineo Shoyan Sheca (Animales protectores del chamán), Filder Agustín (Las células de la ayahuasca) y el pionero de este tipo de arte ayahuasquero, Pablo Amaringo (El baile de los puca bufeos).

También los grafismos, llamados kené en shipibo-konibo y omnipresentes en la exposición, hacen referencia a esta interconexión entre los diversos seres que existen en los mundos indígenas, ya que son concebidos como caminos que los conectan. Estos diseños, que permean las superficies de los cuerpos y los objetos y son transmitidos por los dueños de ciertas plantas, no solo embellecen, sino que tienen propiedades terapéuticas7. En la exposición se pudieron apreciar en las superficies de las cerámicas de Agustina Valera y Olivier Agustín, quienes conectando con el espíritu del “amazofuturismo” que marcó la exposición de ARCOmadrid24 produjeron obras que son híbridos entre las vasijas tradicionales chomo y los platillos volantes; en los cuadros de Deysy Ramírez, que explora la interconexión entre los órganos corporales y los grafismos; en los kené coloridos y gigantes de Olinda Silvano o en la serie de diseños iskonawas de Mary Rodríguez. 

La dimensión espiritual del mundo amazónico emerge en las obras artísticas como una estrategia para denunciar, cuestionar y proponer una alternativa epistemológica, ontológica y política a las actividades del extractivismo salvaje. No deja de ser paradójico que esta exposición nos sea ofrecida por quienes amasan su fortuna a través del extractivismo denunciado: la colección Hochschild Correa cuenta con el respaldo económico de Hochschild Mining, que actualmente extrae oro y plata en unas 100.000 hectáreas de Perú, Argentina y Brasil, proyectos con una concepción del territorio totalmente contrapuesta al mundo indígena.8

Lo positivo de la exhibición de este arte en occidente va más allá de la mera apreciación de la “estética amazónica”, pues nos permite comprender su profundo sentido cosmológico, político y combativo que refleja las formas de vida, ontologías y luchas de las comunidades amazónicas. Al mismo tiempo, la muestra concientiza sobre la importancia de preservar sus territorios y recursos, mostrando cómo el arte se entrelaza con la defensa del medio ambiente, la identidad cultural y los derechos de los pueblos indígenas.

Bibliografía

Aristizábal, José A. 2025. “Amazonía contemporánea: un recorrido por la producción artística peruana.” Elemmental, 12 de febrero de 2025. Consultado el 8 de septiembre de 2025. https://elemmental.com/2025/02/12/amazonia-contemporanea-un-recorrido-por-la-produccion-artistica-peruana/

Baniwa, Denilson. 2025. Wametisé: ideas para un amazofuturismo. En C. Imizcoz, K. Muñozcano, y Y. Tuma (eds.), Wametisé: ideas para un amazofuturismo. Madrid: ARCOmadrid / Cthulbu Books.

Belaúnde, Luisa Elvira. 2009. Kené: arte, ciencia y tradición en diseño. Lima: Instituto Nacional de Cultura.Bendayan, Christian. 2025. Narrativas Visuales de la Amazonia Peruana. Colección Hochschild Correa, Lima, Perú.

Terena, Naine, Gabriela d. C. Freire, y Laura Pérez Gil. 2022. “Véxoa: nós sabemos e a cura indígena da arte brasileira – Entrevista com Naine Terena.” Campos – Revista de Antropología 23, no. 2: 171–186. https://doi.org/10.5380/cra.v23i2.86062

Yllia, María Eugenia. 2020. “Pablo Andrés Macera Dall’Orso”. ILLAPA Mana Tukukuq. Revista del Instituto de Investigaciones Museológicas y Artísticas de la Universidad Ricardo Palma 17, no. 17: 8–9.

  1. Graduada en Antropología Americana por la Universidad Complutense (España) y Doctora en Antropología Social por la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil).
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  2. Graduada en Prehistoria y Antropología Americana por la Universidad Complutense (España) y Doctora en Historia, Cultura y Pensamiento por la Universidad de Alcalá (España). ↩︎
  3. Christian Bendayan. Narrativas Visuales de la Amazonia Peruana. Colección Hochschild Correa, Lima, Perú. (2025) p.21 ↩︎
  4. María Eugenia Yllia, “Pablo Andrés Macera dall’Orso”, ILLAPA mana tukukuq. Revista del Instituto de Investigaciones Museológicas y Artísticas de la Universidad Ricardo Palma 17, no. 17 (2020): 8–9. ↩︎
  5. Denilson Baniwa, “Wametisé. Ideas para un amazofuturismo”, en Wametisé. Ideas para un amazofuturismo, editado por Catalina Imizcoz, Karol Muñozcano y Yuri Tuma (ARCOmadrid/Cthulhu Books, 2025), 101. ↩︎
  6. Naine Terena, Gabriela Freire y Laura Pérez Gil, “Véxoa: nós sabemos e a cura indígena da arte brasileira. Entrevista com Naine Terena”, Campos. Revista de antropología 23, no. 2 (2022): 171–186. ↩︎
  7. Luisa Elvira Belaúnde, Kené. Arte, ciencia y tradición en diseño (Instituto Nacional de Cultura, 2009). ↩︎
  8. José A. Aristizábal, “Amazonía contemporánea. Un recorrido por la producción artística peruana”, Elemmental, 12 de febrero de 2025, https://elemmental.com/2025/02/12/amazonia-contemporanea-un-recorrido-por-la-produccion-artistica-peruana/. ↩︎