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Mutis. Un patrimonio compartido

Carmen Pérez Maestro

Doctora en historia, cultura y pensamiento por la Universidad de Alcalá y licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido docente de cátedra en la Universidad de los Andes y la Universidad del Externado de Colombia y actualmente forma parte del Grupo de innovación docente en EducAcción patrimonial de la Universidad de Vigo.

“Cualquier planta por anodina que pudiera parecer se ha transformado en un magnífico ejemplar tras salir del taller del arte. La botánica adquirió en la expedición de Mutis una nueva dimensión, la de convertirse en arte, ella misma”.1

A esta exposición se entra por un jardín, verde, silencioso y fresco, en medio de una ciudad bulliciosa de la que huimos por unos instantes a través de un paseo que nos lleva hasta el pequeño patio que antecede al Invernadero de los Bonsáis. El dibujo de la Bromelia (Greigia stenolepis) realizado por Francisco Escobar Villaroel, que ilustra el cartel de la exposición, nos introduce visualmente en el neotrópico americano y nos invita a la sala donde se muestra la exposición “Mutis. Un patrimonio compartido”, inaugurada en el Real Jardín Botánico de Madrid, España, el día 24 de septiembre de 2021. Esta ha sido posible gracias al trabajo conjunto de dicha institución y la Biblioteca Nacional de Colombia, quienes custodian un patrimonio que fue disgregado por motivos históricos, culturales y sociales y que tiene su razón de ser cuando se pone en valor de manera conjunta.

La visualización de la estrecha relación entre la colección de los dibujos de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, dirigida por José Celestino Mutis y la biblioteca que el sabio gaditano creó, es el objetivo de la muestra museográfica cuya curaduría ha estado a cargo de la colombiana María Esmeral Henríquez2 y la española Ester García Guillén.3

Según María Esmeral Henríquez, la idea de “mirar la fuente para entender el proceso” comenzó con el inventario de los libros del Fondo Mutis de la Biblioteca Nacional de Colombia, los cuales formaban parte de la ingente biblioteca creada por el sabio durante su estancia en América. Un total de 163 volúmenes de botánica, 84 de los cuales son obras ilustradas y de gran formato, constituyeron la base de consulta de la Expedición y fueron fuentes iconográficas e ideológicas de la escuela de José Celestino Mutis, quien los conocía y utilizaba con el objetivo de crear un lenguaje científico-artístico propio.

El 2 de junio de 1816, el general español Pablo Morillo ordena el fin de la Real Expedición Botánica al Nuevo Reyno de Granada y, de manera apresurada, toda la producción del sabio y sus discípulos se empaqueta en 105 cajones que son enviados a Madrid; allí la colección se subdivide, siendo destinados los vegetales y manuscritos al Real Jardín Botánico. Sin embargo, la colección de libros se queda en Santa Fe de Bogotá, quedando así separada la fuente de la obra.

La exposición es un puente que, más de dos siglos después, une una parte de este patrimonio mediante la muestra de 33 piezas originales procedentes del Archivo y Herbario del Real Jardín y de reproducciones de estampas contenidas en libros del fondo bibliográfico Mutis. Han sido seleccionadas por las curadoras por ser las que el autor más nombra en sus manuscritos, por enseñar lo particular de Mutis como la geometría o la abstracción visual y con base en criterios de conservación.

Para comprender cómo funcionaba el proceso ejecutado por los artistas mutisianos, se disponen en las paredes del espacio las láminas originales de los libros de botánica procedentes de Europa, junto a la copia del modelo y al dibujo final de la escuela (de estos últimos un total de 17 realizados en gran folio). Según María Esmeral, forman parte de la colección del Real jardín Botánico aproximadamente unos 500 dibujos; son copia de los modelos, cuyo interés reside en la representación no solamente de géneros y especies, sino también de diferentes paradigmas botánicos que abarcan desde el siglo xvii al xix y que probablemente fueron ejecutados, a pesar del tiempo que conlleva su ejecución y del costo del papel, para evitar un contacto directo prolongado con los libros.

Y en este trabajo de comparación de imágenes, podemos ver cómo los pintores eran entrenados en el copiado de láminas y dibujos antes de trabajar sobre las plantas y cómo, sobre estos, el maestro hacía repetidas anotaciones y correcciones.4 Del diseño museográfico, llama la atención cómo las piezas están colgadas sobre un fondo blanco con finas líneas de color crema que parece simular el papel verjurado donde se realizaron los dibujos, fabricado a mano, prensado al calor y dotado de líneas paralelas en sentido transversal a la hoja que facilitaría la planificación de las composiciones de la época.

Y alterando esta sucesión, se muestra un ejercicio contrario: el dibujo original de la Passiflora adulterina del quiteño Nicolás Cortés Alcocer, junto a la reinterpretación que de esta obra hace Salvador Dalí, una litografía titulada Pisum sensuale en la que a la planta le crecen boca, dedos y ojos en lugar de flores.

El espacio mayormente diáfano de la muestra se interrumpe con tres vitrinas. Dos para albergar elementos imprescindibles para entender cómo se estudiaba la planta antes de representarla, como los herbarios con el material recolectado en campo o las anatomías de flores según el naturalista sueco Carlos Linneo, las cuales fueron modelo entre otros para las disecciones y anatomías que realizaba generalmente Francisco Javier Matís (Díaz-Piedrahíta, 2000). También las heptipas o impresiones naturales de plantas sobre papel, realizadas con el entintado o ahumado del ejemplar y su prensado sobre el pliego, sobre el cual se coloreaba la imagen. Una buena colección de impresiones de plantas del Ecuador realizadas por Francisco José de Caldas que se conservan en la colección de la Real Expedición se utilizó seguramente para elaborar algunos dibujos de la colección de Mutis.5

La tercera vitrina encierra como objeto histórico un cajón de madera original de la Expedición, excepcionalmente conservado, considerando que tanto el continente como el contenido es material orgánico. Da cuenta de la manera en que las piezas expuestas fueron transportadas a España en el siglo xix. Los embarques que periódicamente se realizaban consistían en cajones en los que se embalaban con mucho cuidado dibujos, semillas, cuadernos, herbarios e incluso plantas vivas, siguiendo prescripciones establecidas por naturalistas del momento como Casimiro Gómez Ortega. Los cajones de la expedición botánica llegaron al puerto de Cádiz sin ningún rasguño y con la siguiente distribución: 60 contenían el herbario, 18 minerales, antigüedades y dibujos de insectos, 12 los dibujos, 4 los manuscritos, 4 maderas, 4 raíces gomas y cortezas y 3 frutos y semillas.6

Los textos que acompañan la exposición ayudan a revelar los significados intangibles que subyacen a las piezas, es decir aquello que como espectadora no puedo ver, como el contexto histórico, las técnicas o las herencias. Las explicaciones se desarrollan de forma independiente en torno a lo que, en interpretación del patrimonio, denominamos frases-tema, siendo las siguientes: “La Real expedición botánica del nuevo reino de Granada (1783-1816)”, El legado bibliográfico de Mutis en la biblioteca nacional de Colombia”, “La singularidad artística de la colección Mutis, “La biblioteca como inspiración”, “Cautivados por Mutis”, “A la búsqueda de una representación propia” y “La colección del Real Jardín Botánico”, utilizándose un lenguaje accesible y didáctico para un público no especializado y adulto.

En definitiva, la muestra constituye un resultado acertado, por un lado, de puesta en valor y resignificación de un patrimonio material e inmaterial cuya responsabilidad en el cuidado y difusión es compartida colectivamente por dos países; y, por el otro, en la transmisión a la sociedad del conocimiento científico investigado desde la academia y las instituciones científicas.

La exposición temporal y fugaz, atraviesa el océano como en su día lo hicieron los cajones de la Expedición y estará expuesta para las personas interesadas en el arte, la historia y la ciencia en la Biblioteca Nacional de Colombia hasta el 22 de marzo de 2022.

Bibliografía

Díaz-Piedrahita, Santiago. 2000. Matís y los dos Mutis. Orígenes de la anatomía vegetal y de la sinanterología en América. Bogotá: Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

García, Ester. 2019. “Impresiones de la naturaleza: la documentación de Francisco José de Caldas en el Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid”. En Bicentenario Francisco José de Caldas, 1768-181. Editado por Yolima Álvarez, Carlos Alberto Díez, Asdrúbal Moreno e Iván Felipe Suárez, 295-317. Bogotá: Universidad del Rosario.

Martín, José Cándido. 2011. “Celestino Mutis: Ciencia, arte y política”. En X Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas: Encuentro internacional Europeo-Americano 2008, 451-464.

Nieto, Mauricio. 1995. “Presentación gráfica, desplazamiento y aprobación de la naturaleza en las expediciones botánicas del siglo XVIII”. Asdepio XLVII (2), 91-107.

VV. AA. 2008. El Viaje de Mutis (Un botánico entre dos mundos). Catálogo de la exposición. Cádiz: diputación de Cádiz.

  1. Martín, 2011, 457. ↩︎
  2. Licenciada en Historia del Arte y Arqueología y Master en Historia del Arte: creación difusión y patrimonio por la Universidad París IV – Sorbonne con dos tesis honorarias “Análisis iconográfico del corpus de ilustraciones de la Real Expedición Botánica al Nuevo reyno de Granada (1783-1816) y “Epistemología del corpus de ilustraciones de la Real Expedición Botánica al Nuevo reyno de Granada (1783-1816)”. ↩︎
  3. Licenciada en Geografía e Historia por la ucm, especialista universitaria en Documentación (ucm) y Diploma de Estudios Avanzados en Historia Moderna (uned). Desde 2010 es conservadora de colecciones en el Real Jardín Botánico-CSIC, donde ha desempeñado los puestos de jefa de la Unidad de Cultura Científica y vicedirectora de Cultura Científica y Documentación. En la actualidad es jefa de la Unidad Biblioteca y Archivo y conservadora del Archivo. ↩︎
  4. Nieto, 1995. ↩︎
  5. García, 2019. ↩︎
  6. VV.AA., 2008. ↩︎