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“La naturaleza de las cosas: Humboldt, idas y venidas”

Verónica Uribe Hanabergh Doctora en Humanidades, Universidad Pompeu Fabra. Profesora Asociada, Departamento de Historia del Arte, Facultad de Artes y Humanidades, Universidad de los Andes, Bogotá. Grupo de investigación: Intercambios y migraciones en el arte de América Latina y el Caribe.

Al inicio de su texto “Connectivity: Humboldt and the Torrid Zone”, Georgia de Havenon cita a Walter Lack, el autor autriaco-alemán quien, en su libro sobre Humboldt y botánica de 20091 se pregunta: “¿Alexander von Humboldt otra vez? ¿Acaso no se ha escrito lo suficiente sobre él?”2 Esto mismo pensamos muchos durante la celebración de este año temático “Humboldt y las Américas”3 que conmemora los 250 años del nacimiento del sabio prusiano en 1769. Pero aparentemente de Humboldt no nos cansamos y, como parte de este año y de sus múltiples actividades, en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia de Bogotá se inauguró la exposición La naturaleza de las cosas: Humboldt, idas y venidas del curador y crítico Halim Badawi, quien conoce ampliamente sobre el tema; esto se evidencia, entre otras cosas, porque a finales del 2015 curó la muestra Escuela de Humboldt en América: obras y documentos en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño en la cual había exhibidas piezas que encontramos otra vez en esta nueva exposición4, y luego publicó el libro La Escuela de Humboldt en América: el barón Gros y los artistas viajeros del XIX (La Silueta, 2018). Este año temático ha incluido otros eventos y lanzamientos a nivel latinoamericano como la exposición del “Archivo Alexander von Humboldt” que se inauguró en abril en Ciudad de México, muestra en la que el artista Fabiano Kueva reprodujo el célebre viaje a través de estrategias como la “caminata, el mapeo, el diario de campo, la recolección de especies y la correspondencia personal”5. También está la más reciente publicación del libro Alexander von Humboldt: el anhelo por lo desconocido de Maren Meinhardt (Turner, 2019) o el coloquio internacional y transdisciplinar Mountain Aesthetics and Ecology: The Conceptual Heritage of Alexander von Humboldt in the Americas que tendrá lugar en septiembre de 2019 en la UNAM con el apoyo de la Fundación Terra para Arte Americano.

La exposición en cuestión está hábilmente organizada en “Diálogos”, que es el nombre que el curador ha dado a los ejes. Son siete diálogos en total, que a su vez están divididos en cuatro salas y que presentan la obra de más de 45 artistas: 28 que en el texto de entrada Badawi enumera como “históricos” y 17 como “contemporáneos” que engloban procedencias diversas como Colombia, España, Francia, Ecuador, Alemania, México, Perú y China. Esto permite comprender que, una vez dentro de las salas, se encuentran obras de unos y de otros en discusión; ya en el texto introductorio Badawi explica que la exposición, “[…] revisa la presencia espiritual de la tradición humboldtiana en el arte contemporáneo colombiano y latinoamericano […]”.6 Los diálogos se articulan a través de ejes que exploran desde la medición científica y la explotación económica, pasando por cartografías, paisajes, lo queer en la ciencia y el tránsito de las imágenes. Esto sucede gracias a la cuidadosa y aguda elección de objetos, libros, mapas, óleos, miniaturas, láminas costumbristas, videos, instalaciones, videoinstalaciones, manuscritos, láminas botánicas, fotografías, documentos, laboratorios de artistas y sonidos, entre otros, que conversan entre ellos y con el visitante. Toda esta pluralidad de elementos se encarga de abordar preguntas y problemas desde lo etnográfico, lo botánico, lo antropológico, lo estético o lo ecológico, además de hacer cruces muy acertados entre otras varias disciplinas.

Un planteamiento que atraviesa toda la curaduría de manera inteligente y perceptible es el tema del viaje que inevitablemente está en el trasfondo de lo que permite pensar las influencias aun existentes de la obra de Humboldt. No solo aborda a este viajero como individuo que atravesó un espacio, sino el viaje entendido desde dinámicas más amplias como son atravesar el tiempo, discutir los intercambios o entender lo transnacional desde el siglo XIX hasta el XXI. En el texto de la Introducción ya mencionado, Badawi explica que, “[…] el imaginario de la aventura y del viaje se ha convertido en espina dorsal de la creación de nuestro tiempo”.7 Es así como el visitante viaja por los diálogos, los espacios y los tiempos creando su propia construcción de la permanencia y el legado de Humboldt hasta nuestros días. Desde perspectivas individuales o comprensiones colectivas, la forma como está articulada la exposición cobija la pluralidad en el más amplio sentido de la palabra.

La primera sala, al ser la más grande, reúne varios de estos “Diálogos” que al compartir espacio desdibujan los límites preestablecidos entre ellos. Destaco del primer “Diálogo” la conversación evidente pero sutil que tienen las obras de Nicolás Gómez Echeverri, agrupadas bajo el título Acumulaciones (2012-2013), en su cercanía con la canónica imagen de la Geografía de las plantas equinocciales (1805) de Humboldt. El famoso corte transversal de los pisos térmicos y de sus plantas permean la montaña y exhiben las capas y formaciones, no solo geológicas o botánicas, sino de información, al igual que sucede con esta exposición. La acumulación del conocimiento como proceso decimonónico expresa en esta imagen el pensamiento europeo de la suma de las piezas. A su vez, la acumulación de Gómez Echeverri tiene que ver con lo matérico y con lo químico y presenta la experimentación y lo aleatorio desde el juego de los materiales. En la propia ficha técnica se plantea el significado de acumulación como referencia geográfica al ser, “…una sedimentación de materiales geológicos en la superficie terrestre”, superficie que el artista interviene por medio de reglas de madera con pegotes de óleo. En la aplicación del óleo por superposición contra el papel, el aceite característico del medio permea el papel y crea una geografía visual del horizonte que recoge esa acumulación, no ya de información científica, sino de información estética. Este mismo horizonte cruza la sala e invita al visitante a acumular y a asociar. Los colores se pegan, se unen, se traslapan y mezclan, pero las manchas de óleo que se distribuyen orgánicamente por el papel unifican y crean la silueta de aquellas cordilleras tan reconocibles y a la vez tan extrañas.

Las montañas, según Georg Simmel, “[…] parecen esconder su propio misterio mejor que ningún otro paisaje: lo telúrico se nos muestra en estado puro, en su tremenda violencia, muy alejado aún de la vida y significación especial de la forma”.8 Las cordilleras, esenciales para cualquier reflexión sobre Humboldt y su viaje a América, tienen un lugar prioritario a lo largo de la exposición. Encontramos que la manera de contar la historia que propone Halim Badawi es en algunos casos agrupando piezas diacrónicas, como sucede con los seis paisajes de la pared del Diálogo 3: “De la cartografía científica (y las láminas botánicas) al arte del paisaje”. Rafael Troya, C. Vergnes, un pintor anónimo de la llamada Escuela Humboldtiana, y Camilo Echavarría, nos enfrentan a la montaña. Sea el Cotopaxi o el Chimborazo, vemos que la montaña como elemento central se discute en estas imágenes más allá del medio pictórico o fotográfico. Esto mismo sucede con piezas cercanas en la misma gran pared de la sala 1 como son la videoinstalación del chileno Gianfranco Foschino o las fotografías de David Guarnizo, cuyos puntos de vista fotográficos rompen con la frontalidad y centralidad de la montaña decimonónica. Hay que destacar las fotografías de Echavarría que, estratégicamente puestas a lo largo de este primer espacio, nos hacen enfrentar ese gran formato que hace tambalear a la pintura de caballete de pequeño y mediano formato que comúnmente asociamos con los paisajes burgueses del XIX. El juego con las dimensiones resulta evidente también en obras que, por su tamaño, descolocan la mirada tradicional y central del género paisajístico; este es el caso de Ailleurs: Soacha (2014) del español José Luis Bongore, que incluye la inagotable imagen del Salto de Tequendama y que el curador ha enfrentado al pequeño grabado de las Vistas de las Cordilleras (1816-1827) de Humboldt. Junto a estos, Vorágine (2008-2019) de la artista contemporánea Liliana Sánchez se compone de serigrafías que parecen un musgo que crece y quiere dominar el muro, como lo haría en los paisajes aledaños, o como podríamos pensar que orgánicamente ese musgo es el gran tejido del pensamiento humboldtiano que reúne magníficas piezas en esta exposición.

Hay ideas que se entrelazan y bordean diferentes diálogos lo que permite hilar el recorrido y construirlo uno mismo, como hacían los jóvenes lectores del siglo antepasado con las novelas de viajes. Así como se plantean montañas y cordilleras como elementos transversales, hay ideas esenciales para entender no solo el viaje de Humboldt y viajeros seguidores, sino las preocupaciones sociales contemporáneas. Esto se presenta a través de la figura del carguero. Este símbolo, incansablemente representado cada vez que de imágenes de viajes a la Nueva Granada se habla, se enfrenta en la exposición no solo a su carga y a la montaña, sino a la realidad del trabajo inhumano en las minas brasileras; así lo expone Alfredo Jaar en la instalación fotográfica Gold in the Morning (1985) con sus tonos monocromos y angustiantes, y se ve también en Carguero (1999) y en El Paso del Quindío (2019) de José Alejandro Restrepo. Estas evidencias discuten la permeabilidad de los abusos poscoloniales a lo largo de los territorios y des-exotizan la versión curiosa del carguero de las ilustraciones viajeras que lleva a cuestas al europeo que fuma o lee. Estos cargueros en blanco y negro complejizan la realidad y la función de la imagen en la revisión de esta realidad. Los medios fotográficos y del video atrapan la imagen histórica y la vuelcan hacia un presente del que como espectadores no somos ajenos.

De los Diálogos 4 y 6 que se encuentran en otra sala más pequeña, “Queerizar la ciencia viril” y “Trasposiciones del paisaje europeo sobre la naturaleza americana” respectivamente, destaco la pieza de Carlos Motta, My dearly beloved R (Monument to Alexander von Humboldt) (2013) y la de Antonio Bermúdez Vistas del Cervino-Camino a Honda (2017) donde se nos muestra un video del camión con el logo de la empresa Alpina atravesando nuestro país con sus productos. Si bien las dos salas proponen miradas aparentemente distintas, ambas utilizan el ícono o el monumento, sea el de la virilidad clásica traducida a bronce o el de los Alpes traducido en arequipe, para ampliar la mirada del espectador hacia una pluralidad de formas de romper con los modelos establecidos. El monumento clásico del científico macho y aventurero es partido, literal y fotográficamente, a manera de iconoclasia; un rompimiento frágil causado por la aparente relación amorosa entre el prusiano y un soldado, o la conocida imagen de la compañía de lácteos que se enfrenta a la imagen de los Andes, ponen en tela de juicio valores únicos sobre el poder de lo visual y la construcción de identidades. Para esto, Badawi ha planteado la metáfora del “teléfono roto” donde las rupturas de la comunicación crean disyuntivas como estas. Algo así sucede con el resto del Diálogo 6, por cierto, muy pertinente y poderoso, con las piezas de Restrepo, El cocodrilo de Humboldt no es el cocodrilo de Hegel (1994) y de Andrés Matías Pinilla, Cronología ilustrativa de la piña (2016).

Se puede escribir incansablemente sobre esta muestra, acertada, inteligente y pulida. Falta aquí espacio para conversar sobre otros artistas, otras piezas, otras ideas, otras salas y otros Diálogos. Tristemente se quedan muchos por fuera de esta reseña. Lo que sí permanece es la acumulación de que existen tantos lugares desde donde ver a Humboldt como pisos térmicos y capas de su famoso grabado. Aquí se ven el poder de la comunicación y del diálogo, esto es lo que hace la exposición. Artistas de la modernidad y del mundo contemporáneo continúan entendiendo, desaprendiendo, transponiendo, desarticulando y reconstruyendo los textos, las imágenes, los pensamientos y, ante todo, el legado humboldtiano que con todo y las dificultades irresueltas y aparentemente irreconciliables de la poscolonialidad y del hoy, todavía nos permiten acercarnos y, como lo hizo él en su momento, tomar medidas. De esto se trata, de rectificar lo ya medido y no darlo por hecho, de recapitular y reconsiderar, de volver sobre lo mismo para encontrar lo que se nos había pasado. Y esto sucede en la exposición: el visitante transita, pero se devuelve, y mira nuevamente, y se da cuenta de que aquella pieza se articula perfectamente con lo que plantea esta otra, y no se acaba, como Humboldt, a quien este año parecía que ya teníamos agotado.

Bibliografía

Arte informado. “Archivo Alexander von Humboldt: Exposición en Ciudad de México, Distrito Federal, México”. Consultado el 28 de mayo 2019. 

Badawi, Halim. “Introducción”, Texto de Sala, La naturaleza de las cosas: Humboldt, idas y venidas, Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 8 de mayo a 6 de julio 2019.

de Havenon, Georgia. “Connectivity: Humboldt and the Torrid Zone”. In Unity of Nature: Alexander von Humboldt and the Americas. New York: Americas Society, 2014.

Simmel, Georg. “Los Alpes”. En Filosofía del paisaje. Madrid: Casimiro, 2013.

  1. Hans Walter Lack, Alexander von Humboldt and the Botanical Exploration of the Americas(Munich, Prestel, 2009). ↩︎
  2. Georgia de Havenon, “Connectivity: Hum-boldt and the Torrid Zone”, en Unity of Nature: Alexander von Humboldt and the Americas (New York: Americas Society, 2014): 13. ↩︎
  3. “Humboldt y las Américas”. Goethe.dehttps://www.goethe.de/prj/hya/es/index.html ↩︎
  4. Por ejemplo las acuarelas costumbristas de Sunqua, la “Mulata” (1875) de Felipe Santiago Gutiérrez y los dibujos de Albert Berg. ↩︎
  5. “Arte informado”, consultado el 28 de mayo, https://www.arteinformado.com/agenda/f/archivo-alexander-von-humboldt-174047 ↩︎
  6. Halim Badawi, “Introducción”, Texto de Sala, La naturaleza de las cosas: Humboldt, idas y venidas, Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 8 de mayo a 6 de julio 2019. ↩︎
  7. Badawi, “Introducción”. ↩︎
  8. Georg Simmel, “Los Alpes”, en Filosofía del paisaje (Madrid: Casimiro, 2013), 54. ↩︎